Descripción del producto
La manipulación tiene muchas caras. Uno de sus rostros más dolorosos es el afectivo. Son muchas las personas que se han entregado en sus relaciones amorosas y que se han sentido usadas, abusadas, desvalorizadas y luego descartadas. La manipulación también se manifiesta con un semblante de familia. Ejemplo de esto serían unos padres que controlan la vida de sus hijos por medio de la culpa, el temor y la victimización. El aspecto sexual tampoco escapa a las estrategias manipuladoras, como la típica prueba de amor que el joven le pide a su novia, o el chantaje al que se someten mutuamente marido y mujer, «a cambio de». Palabras como mobbing y bossing, que antes formaban parte del vocabulario técnico de unos pocos expertos en relaciones laborales, hoy están en boca de muchos que experimentan la manipulación y el abuso en el espacio laboral, en manos de un jefe que los maltrata, los humilla, los amenaza y abusa de ellos. El ámbito escolar tampoco es ajeno a la manipulación, y son muchos los jovencitos que hoy sufren del famoso bullying, los malos tratos de todo tipo por parte de sus compañeros, a veces con consecuencias aterradoras. Quizá una de las peores facetas de la manipulación sea la religiosa. Encontramos también iglesias, ministerios y líderes que manipulan a la gente a nombre de unos objetivos a veces loables y a veces oscuros. Esta ha sido una de las causas por las cuales un porcentaje muy alto de los que se llaman evangélicos en nuestro continente no asista a las iglesias. Es cierto: la manipulación tiene muchas caras, pero entre otros, tiene siempre un mismo resultado: el sufrimiento de la persona que es manipulada. De aquí la utilidad de este libro, escrito con una triple intención. En primer lugar, que las muchísimas personas que han sufrido a causa de los manipuladores, puedan entender lo que les ha sucedido y por qué les pasó, y puedan ser sanadas. En segundo lugar, que los que han permitido que la manipulación se convierta en un esquema de conducta en su vida y en su manera de relacionarse con los demás, comprendan el daño que producen, así como la razón por la cual se han convertido en manipuladores, y también sean sanados. Y en tercer lugar, que el material de este libro sirva para impedir que seamos víctimas de la manipulación; que nos enseñe a no caer en sus garras y nos alerte para que no nos convirtamos en verdugos dedicados a lastimar a los demás. Por supuesto, se puede ser libre de la manipulación y de los manipuladores. En Cristo Jesús y con las herramientas que nos brinda en su Palabra, no solo podremos ser sanados de las heridas sufridas, sino que además podremos impedir todo intento de atacar nuestra vida por medio de la manipulación. Por eso ya es hora de que digamos firmemente resueltos: «Libre de la manipulación» Esta palabra parecería estar indicando una decisión negativa. Sin embargo, es la manifestación de una sanidad total. Es la expresión que les demuestra a todos que estamos lo suficientemente sanos como para no permitir que nos vuelvan a dañar nunca más.