Descripción del producto
Jesús nos da un mandato claro con respecto a preocuparnos: no lo hagan. Aun así, la preocupación y el miedo pueden parecer inevitables e imposibles de vencer. Sin embargo, no lo son. Existe una cura: ser agradecidos.
Es posible hallar la paz cuando deja ir el miedo y la preocupación, le da gracias a Dios por su relación con usted y confía en Él para que controle todo en su vida, tanto ahora como en el futuro. Manténgase afianzado a la realidad de la soberanía de Dios, y sepa que Él promete nunca dejarlo o abandonarlo. A lo largo de estas páginas, examine sus miedos y preocupaciones y descubra cómo un corazón lleno de gratitud es en realidad la prescripción de Dios para el miedo y la preocupación.